noviembre 24, 2009

De lo perdido, lo encontrado

Supongo que perder un amor debe ser fuerte. (Simplemente de pronto ya no estaba, lo dejaste ir, llegaste con tu amado para dárselo envuelto en una cajita roja que llevabas en el pantalón pero, ¡puf! tu amor ya no estaba ahí y no te quedó de otra que regalarle un beso. Un tierno objeto éste: el amor; escurridizo, efímero, escapista.) Supongo que si luego encuentras un poco de cariño por ahí tirado y lo levantas y lo cultivas riegas podas limpias, puedes alguna vez volver a llenar esa cajita roja. Supongo que eso es la felicidad de la que tanto te han hablado, o eso crees.

noviembre 13, 2009

En las ferias de libros

se venden muchas estampitas. La gente no quiere leer libros, quiere tenerlos en el librero y leer de vez en cuando una revista mientras caga; quiere tener una taza con una frase chistosa o un aforismo o un verso de Paz; quiere vagar por la feria de libros (como lo haría por el outlet o por la galería) buscando una oferta cuatroporuno irresistible mientras avanza la tarde. Bien por las estampas, bien por los libreros, bien por las revistas, bien por el café.


Quizás habrá que aprender de las posiblidades comunicativas del Facebook o del Twiter; quizá tengamos que fusionar la casa editorial con la compañía telefónica para que nos lleguen microcuentos o haikús directo al celular; quizá situar la literatura fuera de su tieso mundo editorial y estamparla en las calles, en playeras, en canciones, en servilletas; quizá imprimir en papel higiénico: léase y límpiese.

O quizá me equivoco, yo cómo voy a saber lo que la gente espera de la literatura. Pero sí sé que la estrategia del wey del estand junto al mío, leyendo sus poemas con altavoz y vendiendo sus fotocopias, no me convence.

noviembre 05, 2009

Try Your Wings

Té de canela / the tiniest bluebird / baja temperatura / you've been afraid.

Hungry for the sound / sorbiendo lento / this tender advice / mal tiempo.

Never comes twice & lavarse los dientes.

octubre 18, 2009

Dolor lumbar

Cada vez que los comerciales interrumpen la película le hormiguean los pies y se revuleve entre las sábanas desesperado. No es por interés cinematográfico: son unas putas ganas de tirarse de la cama sin meter las manos, de azotar en el suelo duro y frío una cabeza que no deja de darle vueltas al asunto, de llorar un poco. Si pudiera hacerlo, la imagen sería poética y patética: la camara se sitúa en una esquina del dormitorio a ras de piso y enfoca en primer plano su cabeza que suelta por fin una lágrima; al fondo, la pantalla muestra la secuencia de una linda asiática feliz entre flores y destellos donde todo es levedad. Flower by Kenzo.

Pero no azota ni logra concluir sus pensamientos. Para bien o para mal, duran poco los anuncios en la televisión pagada y agradece su propia capacidad de receptor porque adentrarse en cada escena le resulta fácil. Mientras no interrumpen nuevamente los comerciales, su mente descansa porque él mismo ya no es él sino Jason Bourne. Entonces la lágrima que no logró salir va a dar al riñón y se acumula.

Por la mañana lo despiertan las revoluciones en su cabeza. Apaga la televisión porque odia los noticieros.

septiembre 29, 2009

En el transporte público

nadie se mira de frente: todos elegimos un punto fijo o perdido y mantenemos la vista en él para no ver de frente los ojos del pasajero más cercano. Pero esto no quiere decir que no veamos a la gente alrededor nuestro ni significa que la curiosidad ya no existe. Por el contrario, la curiosidad y las ganas de ver a la gente nos llevan a desviar miradas y a mirar de reojo o fugazmente. Todos nos sentimos observados y nos sabemos observadores pero son pocos los pasajeros que buscan la interacción con el otro. Locos, raros, incómodos, ofensivos. Cada vez somos más los que llevamos audífonos puestos. Seguimos siendo pocos los que llevamos libro abierto, pero ahora en el metrobús ya hay televisión, así que los ojos ya no deben buscar el falso punto entre el tubo y la ventana sino simplemente mirar hacia el frente, un poco arriba y sonreír de vez en cuando con los tropiezos de la gente en la pantalla.

No confundir este tetxo con una crítica a la burbuja que cada quien crea durante el trayecto ni con nostalgia de la combi pesera; no comparar con la guagua cubana o con el taxi colectivo provinciano. Creo que está bien aprovechar los 40 minutos de trayecto en el metro para leer un rato y que no tengo porqué interactuar diariamente con todos los desconocidos que se sientan a mi lado. Mi inconformidad surge cuando la situación es trasladada a la fonda en la que dos televisores programan a la hora de la comida a la familia peluche y sus gritos (los gritos en la televisión mexicana ameritan otra entrada) y sus estruendosos e hipnóticos defectos especiales. Entonces sí me caga que no se pueda platicar con nadie, ni desconocido, ni comensal, ni mesera, ni mesero; no se vaya uno a perder uno de los chistes de Derbez, que además hace ya muchos años que dejaron de ser buenos.

septiembre 21, 2009

Paso de baile

Alguien puso la nota justa en el momento; los colores y la luz tan solidarios; la armonía. Y con la mirada sobre los hombros de ella, él se vio a sí mismo un poco por dentro. No fue tanto un mirarse las ideas o las tripas como un sentirse ahí: vibrante, vivo, afortunado. Alguien puso el golpe en los tambores; la palabra y el timbre tan propensos; la ventaja. Y con la respiración de ella entre las cejas, él notó por un momento sus esencias. Las de ambos distintas pero fugazmente afines: inmediatas. Luego vino el momento de girar.

septiembre 09, 2009

Noche

a Sofi
Apenas me mantengo despierto por las tardes, depués de comer. Todo es tan pesado entonces, todo tan tristemente feliz, todo tan nada. // Un tiempo trabajé junto a una calle empedrada bajo una ventana por la que el sol se filtraba y me cerraba los ojos; sólo me sacaba de mi somnolencia el pitar del afilador. Soñaba por ese entonces una historia recurrente que tenía que ver con pasto. Algo de pasto en el pasto sobre elpasto entremetrosdepastoenunahojadepas... // Habitualmente no recuerdo mis sueños. Dicen que al ver por la ventana luego de despertar, uno los olvida. // Apenas consigo conciliar el sueño por las noches, después de cenar.

septiembre 01, 2009

cursi

llueve, lluvia
así sin más
cae como sabes hacerlo:
oscureciendo
para que borres tantito
(un poquito nomás)
estos colores del cielo
que me recuerdan sus ojos

agosto 29, 2009

Filosofía en las rocas

Supongo que pasa porque la gente es amante de la ficción; todos llevamos un creador adentro. No son mentiras, entonces, lo que andan diciendo, sino cuentos. Y supongo que debo acostumbrarme a que mi vida social (o por lo menos mi fama) no dependa de mis hechos, sino de lo que la gente reporta sobre esos hechos. ¡Salud!

agosto 07, 2009

palíndromos para el núm. 29 de Picnic

Discusión entre el cliente inconforme con el aparato y el vendedor

—Rotomotor
Si de pelo le pedís:
"Aparato: rota, rapa."
Acaso saca
lata fatal.

—no le pasa, pelón.

—Se atora, navaja vana. Rota es.
Debed
odiar ese Rotomotor, ese raído.

—O no le use. ¿Suelo? ¡no!

—No lata, sí pisa (talón).
Allá, finado, no da ni falla.



Discusión entre la máquina y el estudiante que la aprende a usar

–Yo soy
cámara para Mac,
no nací Canon
y no sé de Sony.
A lo suyo doy uso, la
luz azul
yo del ocaso saco. Le doy
(¿será?) luces seculares
y oro y...

–Sólo das la falsa. Dolos.
La UNAM usa su manual,
la nota atonal
resa: a vaso roto, foto rosa va a ser.

–Leí: fajo roto, foto roja fiel
ni fotones o pose noto. Fin.

julio 31, 2009

vacaciones de las vacaciones

o sea: el blog es como unas vacacioncitas de unos minutos, pero este mes tuve tanta chamba que le tuve que dar vacaciones a las vacacioncitas.

Ahora en agosto volveré o lo dejaré para siempre, ya se verá. Finalmente creo que a nadie tendría que pedirle una disculpa por ninguno de los dos caminos que tomara.

junio 05, 2009

en la orilla del lago

la luna se asoma
enorme sobre el agua
para ver el reflejo
de su blancura

los sapos dan de brincos
y al salpicar
deforman el espejo
sólo por travesura

junio 03, 2009

en la playa

hace muchos muchos años
reventó aquí esta misma ola
y mañana otra vez
porque siempre regresa

el cangrejo lo sabe y por eso
intranquilo va y viene
sin voltear la cabeza

mayo 27, 2009

Pudo haber sido

Decir que no hizo frío en toda la noche implica contar la historia desde el punto de vista de él, ser subjetivo. Pero yo quería ser objetivo y que ustedes escuchen solamente hechos. Decir, por el contrario, que de pronto la brisa nocturna le enfriaba el cuello o las orejas implica contar la historia desde el punto de vista de ella. Digamos entonces que él no sintió frío en toda la noche y ella sólo por momentos y a causa del viento. Y quizá nos equivoquemos al decir esto porque, como se verá, él tuvo un frío distinto ya entrada la madrugada.

Las cosas pasan así durante la noche: él llega a la fiesta de su terraza con retraso y ella ya está ahí, pero la descubre de entre la gente tiempo después. Tardan menos de ocho segundos en reconocerse, pero más de cuatro. Mal augurio.

Una vez que se han reconocido podemos usar sus nombres. Tomás se acerca, ambos sonríen y se besan en la mejilla. El olor de Mayra no ha cambiado en estos ochos años de ausencia y él lo reconoce con placer. Ella, por su parte, nota en Tomás un olor a tabaco que antes no estaba y que le agrada. Le explica qué hace ahí, cómo es que llegó. Él no explica nada, es su casa. Pasan varias canciones y varios tragos. Tomás bebe whisky y Mayra alterna el vino con el refresco de toronja pero conforme avanza la noche la frecuencia del tinto es mayor. La música también alterna. Va del electrojazz al lounge y a una especie de rock indie tranquilo; Mayra quiere bailar pero con esa música le es imposible.

Platican, toman y fuman juntos, ríen y se rozan de vez en cuando. Tomás piensa que se atraen tanto como antes; luego piensa que ella le atrae más ahora. Mayra no piensa mucho en eso pero se siente bien con él y le agrada haberlo encontrado; sonríe, por ejemplo, cuando ambos se descubren tarareando la canción en turno y cuando observa que los dos hurgan en los botaneros para evitar las aceitunas negras y prefieren las verdes o los canapés de gruyère. Tomás no nota estas cosas pero sí el anillo de compromiso que ella trae en la mano izquierda y nota también la forma de los senos de Mayra bajo el delgado poncho de alpaca.

En cierto momento él va al baño y aprovecha para enjuagarse la boca y arreglar su peinado. Ha tomado pero no se siente borracho, está contento y piensa que lo de ellos pudo haber sido, que si Ana no hubiera llegado a su vida para robarle el corazón por un par de años que duró lo suyo, pudo haber sido.

Curiosamente es Mayra quien lo dice. “Lo nuestro pudo haber sido algo lindo”, comenta casualmente mientras con la mirada busca a un camarero. Tomás asiente pero con la misma indiferencia de tres minutos antes, cuando estuvo de acuerdo en que el DJ es bueno pero la fiesta es demasiado pretenciosa. Fue al salir el tema de lo aburrida que resultaba la terraza en una business party cuando coló una frase de invitación a un lugar más cómodo; mintió y dijo que sentía algo de frío y Mayra aprovechó para decir lo de que pudo haber sido pero las cosas no se dieron.

En cierto momento ella va al baño y él aprovecha para saludar a una amiga de la compañía productora donde trabaja, una argentina con la que ha salido y a la que desde hace tiempo quiere invitar a la playa. Mayra sale del sanitario con el maquillaje sutilmente retocado. Tomás hace las debidas presentaciones y en cuanto la argentina se separa de ellos toma de la mano a Mayra y nota que no trae el anillo. No puede evitar esbozar una sonrisa, apenas perceptible, que Mayra alcanza a interpretar. Es el instante del frío para Tomás, siente que esa sonrisa lo ha delatado y queda atónito esperando algo. Ella también se nota alterada y dice que se quitó la sortija para lavarse las manos pero no se la pone.

Hablan un rato sobre el ausente fiancee de Mayra: es un internacionalista con un gran gusto por la literatura, así que le ayuda con objetivas críticas a la poesía que ella escribe. Tomás quiere que le recite uno de sus poemas y Mayra obviamente se niega pero lo invita a la próxima presentación de su más reciente libro. Será en el consulado… Por fin suena algo de latin jazz; ninguno de los dos reconoce la canción pero ambos se alegran por la esperanza de que la fiesta se anime.

Permanecen abrazados largo tiempo, hablando de nada. Ambos están borrachos (ella más) y saben que lo lógico sería terminar cogiendo pero no lo harán. Desde la terraza verán un amanecer que, objetivamente, será igual al diario salir del sol pero lo juzgarán muy lindo y repetirán el adjetivo varias veces. Tomás dejará de abrazarla cuando los últimos invitados comiencen a retirarse y la argentina lo invite desde la sala con una sugerente mirada; dejará de abrazarla pero no se moverá todavía. Se besarán en la boca, un beso tierno y pequeño. Mayra entonces sacará de su bolso el anillo y se retirará jugando con él mientras piensa: “Pinche puto”.

Cuando Tomás se acerque a mí y me de su vaso casi vacío indicándome con un movimiento de mano que podemos comenzar a recoger todo, lo escucharé en voz muy baja: “Pinche vieja apretada”.

mayo 17, 2009

cena

un sinsabor extraño
tan lleno de sabores;

una nostalgia suave
de porvenires;

una suerte de ausencia
sazonándolo todo;

sal y pimienta caen
donde nunca hubo herida

mayo 05, 2009

el extra

Luego de una lenta reflexión y de ver muchas películas de Hollywood, cayó en la cuenta. Su vida era la de un extra que se interpone con su automóvil en la persecución y, sin haber mostrado la cara a la cámara siquiera por un instante, su papel termina con el radiador explotando y los vidrios rotos. La cámara sigue a los buenos y a lo lejos, en un intento por llamar la atención, el auto del extra explota.

mayo 01, 2009

común vs corriente

Consolar es algo que el hombre común no sabe hacer, para poder dar consuelo se necesita llevar sufrimiento y algo de maldad dentro del cuerpo. Así que cuando ella empezó a llorar en mis brazos esperando consuelo y cuando era el momento justo para que yo dejara de ser común y me volviera patán y sacara jugo de sus lágrimas y aprovechara sus debilidades y la consolara... bueno, creo que a mitad de la noche llegó un amigo de esos que no son tan comunes. Yo me terminé la botella de vodka mucho después de terminar el agua quinada.

abril 06, 2009

el calor del día

nos llega a lo profundo de las nucas
nos mima, nos enoja, lo sudamos
hemos tenido que inventarnos tragos
y caricias, vuelcos y miradas
hemos tenido que soplarnos brisas
pero el calor del día sigue calando en lo profundo
y trae consigo la inercia y el deseo

llega la noche
y nada cambia

marzo 22, 2009

Festivales infantiles

a Chiquilín

- Pues sí comadre, la cosa es que mi marido es bien pinchi marro el cabrón. No es mi culpa. El wey me dijo que nomás no iba a aflojar para otro disfraz, que la crisis, que la chingada. Total que el niño fue vestido de conejito al festival de la primavera de la escuela a finales del mes pasado y con un par de puntaditas que le hice en el trajecito quedó re chulo pa ir de burro ahora que es el día del niño... A ver, alcánzame el Roma; hay que apurarle con esta ropa que se nos va el sol.

- Aistá comadre... Bueno, sea como sea las orejitas son largas. A ver qué se le ocurre ahora pal día de las madres. ¿Sabe usted, comadrita, qué sale de la cruza de un burro y un conejo?

- No, manita...

- Pues los ojos del conejo... A ver, el Roma por favor.

marzo 18, 2009

ellos y todo tranquilo siguen

a Nabo

sentado en el pasto me hurgo los pies gozo
cuando me acuesto viene un poco de tos me ataca
pero se quita

despierto un poco más tarde abro los ojos
la música ha despertado también se animó un poco
y ellos ahí siguen

al día siguiente ahí siguen años después
si vienen toses cantos risas funerales vienen
ellos se van y están

marzo 11, 2009

se da en los árboles

a Mariana

Si de verdad hay poesía en las piedras, en los musgos o en los libros de cocina / la tarea del poeta no es ajena a la del niño / que se asombra con las huellas de sus pasos.

febrero 25, 2009

Lista de tareas, 3

El tiempo es más rápido que la digestión o que el deshielo. En cualquier momento ya es miércoles por la madrugada o es agosto. Dos mil nueve o dos mil doce.

Pero es verdad que es más lento cuando pasa de largo y, aunque suene contradictorio, estar sentado solo viendo pasar el tiempo lo adormece y en su letargo el tiempo es más instantaneo, menos asible...

Debo, pues, dejar pasar el tiempo a sus anchas pero capturar los instantes y los rostros.

febrero 09, 2009

Lista de tareas, 2

Para que no se atrofien las cosas se inventó el uso. Ejemplos: sacar el coche a dar una vuelta para que no se haga viejo; prestar la casa de campo para que no se llene de telarañas; dejar conectado el refrigerador vacío durante las vacaciones para que no se apeste; coger 2 veces por semana con la pareja que ya no excita más...

Debo distinguir aquello que he tirado al atrofie (cuadernos, amistades, pinceles, amores, instrumentos, músculos) y darle uso a lo que valga la pena rescatar.

febrero 04, 2009

Lista de tareas, parte 1

Grave problema: nos están faltando historias. Información por todos lados, miles de dibujantes, miles de millones de consumidores, incontables escribanos. ¿Y las historias? Una simple historia es lo que necesito para dormir en paz.

Hablar, por ejemplo de un niño como Pablo que dice una noche de principios de febrero: "Vas a ver –le habla a su hermana– que antes del San Valentín consigo novia"... Pero el cuento se me escapa. Seguro hay una historia escondida tras el rostro sonriente de la tía que, aplaudiendo y luego de más de una década, festeja su cumpleaños con la familia... Y no la encuentro. Y se me escapan más historias: los futbolistas golpeados, el perro que no volvió de las vacaciones, la gente que no se despedía...

Ahora todo es instantes, escenas. Pasa una cosa, luego otra, después varias más. ¿El tiempo avanza más rápido este año o qué pasa? Debo encontrar las historias.

enero 20, 2009

Museo de la Ciudad / Pino Suárez

patio tranquilo
el portón lo protege
del alboroto

o

patio aflijido
grandes muros lo alejan
del alboroto

enero 15, 2009

La óxidación es reducción

Los pedales se oxidan y se caen. Ahí va uno rodando sobre el asfalto y un señor amaga con recogerlo, pero parece que el traje no lo permite. Regreso, lo tomo y de cojito vuelvo a casa a guardar la bicicleta.

Uno supondría que las cosas se oxidan por falta de uso o por exceso de agua. Pero los pedales se han usado mucho últimamente y no les ha llovido (una leve chispeadita hace 2 días, nada importante) así que supongo que el óxido es otra de esas cosas caprichosas que se dan de pronto.

Supongamos pues, que un día el capricho me oxida y caigo, cual pedal de bicicleta, en plena calle. O supongamos mejor que me oxido en esta misma silla, con un índice en la efe y el otro en la jota. No vayamos, por favor, a suponer que me oxido incompleto (sólo un huevo o un hombro o mi rodilla que ahí va), imaginemos una atrofia general y definitiva que me reduzca.

Me pregunto si ese día me pasará lo mismo que al pedal que todavía traigo en la mochila completamente olvidado hasta este preciso momento en que, adrede, traté de recordarlo. Supongo que el olvido sería sólo uno de los posibles destinos, ni el más ni el menos afortunado.

enero 05, 2009

negaciones

quiero gritar con fuerza que esto no existe
que no ha pasado nada todavía

(mi grito es solamente un tranquilo hervir del agua)

decir que no han entrado a escena
los quinientos elefantes barritando
los monociclos los malabaristas los cañones
que mienten los brillos y los reflectores
que no existen estas inquietas mariposas
que la realidad es estar solo otra vez y dormir bien
que mi vida no es un baile no una salsa no una serie de pregones
que todo buen solo de trompeta se termina
:
no existen mienten no han entrado a escena
no ha pasado nada todavía
la realidad no es baile es dormir bien y se termina

por hoy ya no me creo
soy otra vez el niño que quiere regresar sobre sus huellas
y eso no es bueno