enero 11, 2008

Cabalgata

Había en nosotros la caricia del viento

y a la vez el asfalto repelente

en el agua la tensión que pacifica

y la mezcla de las mezclas

 

Había en todos nosotros ese rastro de sal

que sale de la piel o entra por ella

que arrojando destellos

petrifica y atrae

y petrifica

 

Había además la fuerza

el calor los humores el sueño

y un poco de la prisa

que trae consigo el ocio

 

Fue entonces que nos levantamos para mirarnos los ojos en el reflejo del agua y montarnos en el caballo del mareo que ensilló para nosotros la mezcla de sol y alcohol. Fue así y no fue más raro de lo que se escucha. 

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