Arriba de la puerta están sentadas. Son dos personitas que se apropiaron del marco de madera que forma el umbral de la puerta de mi cuarto y se sentaron ahí a balancear los pies que, obviamente, les cuelgan. La verdad es que sí me dan un poco de miedo, no tanto por la supuesta imposibilidad de que realmente existan (es decir, me da miedo estar imaginándolos) sino porque se ponen agresivos apenas me acerco. Me dan miedo sus manitas de un centímetro de largo; sus dientecitos afilados con los que me amenazan; sus cuerpecitos desnudos de tez morena, más la de ella que la de él. Y luego me dan ternura, cuando me alejo situándome en lo más hondo de mi cuarto y parece que no me ven y juegan y se besan y hacen un amor salvaje, silvestre. Pero entonces suena el teléfono (que está afuera de la recámara) o vuelven las ganas de orinar e intento escabullirme, salir del cuarto y ellos recuperan la hostilidad... En fin, espero poder salir mañana porque será lunes. Hoy no me preocupa.
1 comentario:
Hoy ya es lunes y.... no me preocupo pues ya no tengo miedo.
Hola Daniel, disculpa por el atrevimiento pero de todas tus letras esta es la que mas me gusta y no me aguante escribir lo que me imagine. Esta genial tu blog,saludos
Carolina Davison *espero te acuerdes de mi
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