Supongo que pasa porque la gente es amante de la ficción; todos llevamos un creador adentro. No son mentiras, entonces, lo que andan diciendo, sino cuentos. Y supongo que debo acostumbrarme a que mi vida social (o por lo menos mi fama) no dependa de mis hechos, sino de lo que la gente reporta sobre esos hechos. ¡Salud!
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