Con la boca seca pero renaciendo
nos miramos hoy y nos entre-tuvimos
como niños atónitos ante las niñas
como niñas ante un río o una fogata o Dios o lentejuelas.
Tu cuerpo fue una jaula y no salí
sino que nos quedamos a-guardando
elevando la música de exhalaciones
y latidos como una invocación para la lluvia.
Y caminamos una a una las pupilas
que nunca se encontraron con nosotros
en nuestro andar inmóvil triste arrepentido
de no atinar al arrepentimiento
específicamente arrepentido
de no atinar al arrepentimiento.
1 comentario:
Que opda Daniel pues tienes buena pluma caón o sera mejor decir que tienes un buen golpeteo de teclado, desde donde estoy un saludo, cuidate y sigue con esto que de verdad me entusiasmó, palabrillas mas palabrillas menos.
Publicar un comentario