mayo 14, 2008
Se repiten ciertas dudas
Pasan de largo pero siempre vuelven y algunas con más fuerza. Supongo entonces que la duda no es el péndulo que siempre creí, sino uno que nunca frenará, nunca quedará tranquilo en el punto central que es el más bajo. Pero quiero que, si estás imaginando el péndulo, lo imagines con una cuerda tan larga como para que la duda regrese mucho tiempo después y con una fuerza de columpio capaz de descalabrar. Mucho más honorable es la duda que da bien el chingadazo que la que hace el tictac del día a día. Y suponiendo que nuestro péndulo es un columpio de parque, hay de dos: lo esquivas o te subes a él. Ninguna opción te resolverá por sí misma la duda, pero una es más divertida.
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1 comentario:
¡Touché, maestro! (No huiré del lugar común, porque éstos existen para cuando la brújula de palabras nos defrauda.)
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