diciembre 09, 2008

Limpiaparabrisas

En algún momento la cosa se volvío un juego de postergaciones y absorciones. Hay una marea unidireccional, un río, una vía que nos lleva y nos absorbe. Y vamos dejando cosas de ladito, como un limpiaparabrisas que posterga pero no olvida. Se acumulan pensamientos, vacaciones, tareas, besos, ejercicios, bebidas, juegos, talachas, llamadas, lecturas... se acumulan al lado de nuestro parabrisas como puntos de granizo. En qué momento el cristal se rompe por el peso acumulado. O mejor aún, en qué momento uno estira la mano y detiene los limpiadores, frena y sale a disfrutar de la tormenta.

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