a Chiquilín
- Pues sí comadre, la cosa es que mi marido es bien pinchi marro el cabrón. No es mi culpa. El wey me dijo que nomás no iba a aflojar para otro disfraz, que la crisis, que la chingada. Total que el niño fue vestido de conejito al festival de la primavera de la escuela a finales del mes pasado y con un par de puntaditas que le hice en el trajecito quedó re chulo pa ir de burro ahora que es el día del niño... A ver, alcánzame el Roma; hay que apurarle con esta ropa que se nos va el sol.
- Aistá comadre... Bueno, sea como sea las orejitas son largas. A ver qué se le ocurre ahora pal día de las madres. ¿Sabe usted, comadrita, qué sale de la cruza de un burro y un conejo?
- No, manita...
- Pues los ojos del conejo... A ver, el Roma por favor.