diciembre 26, 2008
La oficina de control vehicular
es, por suerte, un lugar muy frío: el ambiente tranquiliza tu metabolismo y aguantas más tiempo de trámites. Para dar de baja un auto primero haces el cambio de propietario (la baja la tiene que hacer el dueño, suena lógico aunque resulta un trámite de sobra si la factura va endosada, llevas carta poder y si el nuevo dueño sólo lo será por unos minutos). Una vez hecho el cambio te imprimen en plástico una nueva tarjeta de circulación, muy bien hecha y elegante, de un material resistente y no como las de antes que tenías que enmicar. Esa tarjeta te la entrega un señor, caminas seis pasos y se la das a la señora que te hizo el trámite para que la ponga junto con los otros papeles... pronto será destruida porque estás ahora dando de baja las placas de esa tarjeta, habrá vivido unos minutos. El gasto te sorprende, es un desperdicio de material y de impresora. A cuatro metros de ahí la fila de las licencias está vacía y un letrero explica: "suspendido el trámite de licencias por falta de impresora hasta nuevo aviso". Las dos encargadas de la atención de esa área platican entre sí tras el mostrador.
diciembre 19, 2008
invernal
un tulipán ha nacido en la maceta
ha renacido pues
asomó las narices que
son varios nabitos que han sacado tallo
(ni regarlo siquiera
nomás no lo toques)
son varios los tiempos para volver al mundo
para asomarse
para gritar un nombre o
susurrar un cantito
el tulipán por costumbre
al terminar el invierno
vuelve a la tierra
otro ratito nomás
pero no muere
ha renacido pues
asomó las narices que
son varios nabitos que han sacado tallo
(ni regarlo siquiera
nomás no lo toques)
son varios los tiempos para volver al mundo
para asomarse
para gritar un nombre o
susurrar un cantito
el tulipán por costumbre
al terminar el invierno
vuelve a la tierra
otro ratito nomás
pero no muere
diciembre 14, 2008
Gula en tres tiempos
Está, por ejemplo, el caso del niño que entraba al cine para comer sin importar la película o la hora. Todos sabemos que las mejores palomitas son las que se disfrutan viendo Star Wars. Bueno, el niño creció, se volvió astuto y carga con una bolsa vacía porque sabe que las rellenan. Ni entra a la sala: recarga su bolsa y se va; tiene un plan de rotación entre las salas de la zona para no ser descubierto; sonríe cada vez; pero extraña la mezcla salada-dulce de unas palomitas con el arranque del De Lorean; come por nostalgia realmente.
Realmente mi desordenado y excesivo apetito musical tiene su origen en la envidia, porque no soportaba que algunos amigos tuvieran más discos que yo. Me convencí por vanidad cuando las chicas me miraban aleladas ante mi gran discoteca. Pero empecé a disfrutarlo en la soledad y a obsesionarme. Cambié los cedés por un disco duro primero, un iPod después, todas las mañanas sincronizaba las descargas de la noche y el reproductor comenzó a engordar y yo también porque dejé de salir a la calle para bajar más canciones. Desde que no me cierran los pantalones visto con bata de baño y como nadie me visita todo me da igual, he perdido el criterio (salto de Los Utrera a Alizé). Han dejado de saciarme las playlist por género, ahora uso el shuffle: “Al cabo —me digo— todo va a revolverse en mi cabeza”. Comienza sonando una guitarra y yo salivo pero como el disco duro ha excedido su límite se traba la canción, me cuesta trabajo respirar si no se reanuda pronto con la batería o la soprano o el synthe y cuando de plano el iPod se pasma aprovecho para digerir mientras lo veo: pantalla sudada, a reventar, obeso.
Obeso como era, igual conquistaba a las mujeres. Y en verdad lo merecía: para conquistar a una víctima la cortejaba tanto que, eventualmente, ella accedía a cualquier petición. Pero él entonces se conducía lento y formal pues lo que más saboreaba eran los dedos de novia en las lunas de miel.
Esta serie de microcuentos que escribí salió publicada hace unos días en el número de diciembre de la revista Picnic.
*
Realmente mi desordenado y excesivo apetito musical tiene su origen en la envidia, porque no soportaba que algunos amigos tuvieran más discos que yo. Me convencí por vanidad cuando las chicas me miraban aleladas ante mi gran discoteca. Pero empecé a disfrutarlo en la soledad y a obsesionarme. Cambié los cedés por un disco duro primero, un iPod después, todas las mañanas sincronizaba las descargas de la noche y el reproductor comenzó a engordar y yo también porque dejé de salir a la calle para bajar más canciones. Desde que no me cierran los pantalones visto con bata de baño y como nadie me visita todo me da igual, he perdido el criterio (salto de Los Utrera a Alizé). Han dejado de saciarme las playlist por género, ahora uso el shuffle: “Al cabo —me digo— todo va a revolverse en mi cabeza”. Comienza sonando una guitarra y yo salivo pero como el disco duro ha excedido su límite se traba la canción, me cuesta trabajo respirar si no se reanuda pronto con la batería o la soprano o el synthe y cuando de plano el iPod se pasma aprovecho para digerir mientras lo veo: pantalla sudada, a reventar, obeso.
*
Obeso como era, igual conquistaba a las mujeres. Y en verdad lo merecía: para conquistar a una víctima la cortejaba tanto que, eventualmente, ella accedía a cualquier petición. Pero él entonces se conducía lento y formal pues lo que más saboreaba eran los dedos de novia en las lunas de miel.
Esta serie de microcuentos que escribí salió publicada hace unos días en el número de diciembre de la revista Picnic.
diciembre 09, 2008
Limpiaparabrisas
En algún momento la cosa se volvío un juego de postergaciones y absorciones. Hay una marea unidireccional, un río, una vía que nos lleva y nos absorbe. Y vamos dejando cosas de ladito, como un limpiaparabrisas que posterga pero no olvida. Se acumulan pensamientos, vacaciones, tareas, besos, ejercicios, bebidas, juegos, talachas, llamadas, lecturas... se acumulan al lado de nuestro parabrisas como puntos de granizo. En qué momento el cristal se rompe por el peso acumulado. O mejor aún, en qué momento uno estira la mano y detiene los limpiadores, frena y sale a disfrutar de la tormenta.
noviembre 25, 2008
Oficio #6
En el fondo del vaso hay un dedo de niño, haz terminado de tomar el oscuro refresco y es entonces que lo descubres. Por la mañana despiertas y notas que tus piernas ya no están desnudas sino envueltas en cinta canela que pega perfectamente sobre cada uno de los vellos. Luego de varios días de percibir cierto aroma en el agua de la regadera y los lavabos, te asomas al tinaco y encuentras restos de ¿dos? gatos que lo enturbian todo. Razgas la envoltura y sacas el primer condón del paquete, entonces ambos notan que está embadurnado con merthiolate; al abrir el segundo vuelan moscas; el tercero lo dejan intacto y mejor se visten.
Cuando te asalta la primera duda, cuando comienzas a preguntarte si en verdad mereces todas estas cosas que la mala suerte te ha traído, yo recibo mi pago: mi tarea está completa. Lo siento por el niño y por los gatos.
Cuando te asalta la primera duda, cuando comienzas a preguntarte si en verdad mereces todas estas cosas que la mala suerte te ha traído, yo recibo mi pago: mi tarea está completa. Lo siento por el niño y por los gatos.
noviembre 21, 2008
noviembre 11, 2008
noviembre 09, 2008
Repeticiones
Supe que esto iba mal desde el principio, desde que comenzaron con las repeticiones instantáneas en las pantallas de los estadios. Disposiciones de la FIFA para favorecer a las refresqueras, pero argumentando una mayor diversión para los espectadores.
El gremio arbitral se quejó: un mejor sueldo los silenció fácil; los cronistas y aficionados más románticos se quejaron: tildarlos de conservadores, retrógradas, rancios, los calló rápidamente; los jugadores, como siempre, nos quedamos callados.
Pero para las refresqueras no fue suficiente negocio tener más cortinillas para anunciarse. Pronto los partidos se alargaron, cada vez que algo merecía una repetición se detenían las acciones. Y cuando eso no fue suficiente llegamos a lo de hoy: todos los jugadores estamos obligados a repetir las jugadas memorables, dudosas, polémicas o cómicas. Se nos exige un alto grado de destreza y una memoria fotográfica, mas no criterio. Si el público aclama nosotros repetimos la jugada, la volvemos a jugar; ya alguna vez un lesionado se levantó del pasto para volver a recibir la falta; a otro le limpiaron la sangre para lograr una repetición de calidad.
Nos notamos nerviosos en la cancha, preocupados por retener cada detalle de cada jugada por si hay que ejecutarla varias veces. Y casi me da rabia, pero también orgullo, aceptar que hoy yo pasé a la historia como el primer jugador expulsado por negarse a repetir una acción. Ya lo había hecho muchas veces antes, repetir el teatrito, fingir una sonrisa, un grito, la sorpresa de un gol o de un pase perfecto, pero nunca (que resuene por siempre este nunca) me pidan otra vez que repita un autogol. Lo hice una vez con la tristeza y la humillación a flor de piel; lo hice la segunda con lágrimas en los ojos; a la tercera me negué. Prefiero la roja, las regaderas.
Marzo 2005
Me encontré este textito, sobre el que Laia comentó (en ese entonces) que era de lo peorcito que yo había escrito. Con suerte ya tengo muchas cosas peores.
El gremio arbitral se quejó: un mejor sueldo los silenció fácil; los cronistas y aficionados más románticos se quejaron: tildarlos de conservadores, retrógradas, rancios, los calló rápidamente; los jugadores, como siempre, nos quedamos callados.
Pero para las refresqueras no fue suficiente negocio tener más cortinillas para anunciarse. Pronto los partidos se alargaron, cada vez que algo merecía una repetición se detenían las acciones. Y cuando eso no fue suficiente llegamos a lo de hoy: todos los jugadores estamos obligados a repetir las jugadas memorables, dudosas, polémicas o cómicas. Se nos exige un alto grado de destreza y una memoria fotográfica, mas no criterio. Si el público aclama nosotros repetimos la jugada, la volvemos a jugar; ya alguna vez un lesionado se levantó del pasto para volver a recibir la falta; a otro le limpiaron la sangre para lograr una repetición de calidad.
Nos notamos nerviosos en la cancha, preocupados por retener cada detalle de cada jugada por si hay que ejecutarla varias veces. Y casi me da rabia, pero también orgullo, aceptar que hoy yo pasé a la historia como el primer jugador expulsado por negarse a repetir una acción. Ya lo había hecho muchas veces antes, repetir el teatrito, fingir una sonrisa, un grito, la sorpresa de un gol o de un pase perfecto, pero nunca (que resuene por siempre este nunca) me pidan otra vez que repita un autogol. Lo hice una vez con la tristeza y la humillación a flor de piel; lo hice la segunda con lágrimas en los ojos; a la tercera me negué. Prefiero la roja, las regaderas.
Marzo 2005
Me encontré este textito, sobre el que Laia comentó (en ese entonces) que era de lo peorcito que yo había escrito. Con suerte ya tengo muchas cosas peores.
octubre 31, 2008
octubre 27, 2008
mente en blanco
La cosa es que cuando el futbol falla, uno no sabe escribir ni salen las palabras. Pero si el sábado empatamos cerocero, el domingo empataron los Pumas con diez Indios y hoy ni nos acompletamos, el jueves nos dará otra oportunidad.
octubre 22, 2008
Las cajas de Zucaritas
son más grandes cada vez. Nos preguntamos en la mesa por la cantidad diaria de toneladas que se producirán del afamado cereal. No sabemos; yo sólo sé que, cuando he visto las cantidades industriales y a granel de ese tipo de cosas, no se me antojan. Luego nos fijamos más y vemos el concurso: Gana un Hummer registrando tu ticket de compra.
(Hummer merece texto aparte.)
Como no nos gusta tener el mal gusto de tener un Hummer pensamos que, de ganarlo y venderlo, podríamos enganchar un departamento (H2-09 cuesta unos 800mil pesos, H3-09 unos 430mil). Luego nos preguntamos por la cantidad de datos que nos pediría Kellogs al momento de registrarnos para el sorteo. Los datos se venden bien. Así que termina la cena y todo quedó en idea nada más.
Ahora me pregunto por la cantidad de toneladas virtuales (H2 pesa 4 ton. reales) de datos personales que corren por la red, listos para que el mejor postor sepa mi perfil consumidor y pueda hacer productos más comerciales. Paranoia aparte: la maquinita funciona.
(Hummer merece texto aparte.)
Como no nos gusta tener el mal gusto de tener un Hummer pensamos que, de ganarlo y venderlo, podríamos enganchar un departamento (H2-09 cuesta unos 800mil pesos, H3-09 unos 430mil). Luego nos preguntamos por la cantidad de datos que nos pediría Kellogs al momento de registrarnos para el sorteo. Los datos se venden bien. Así que termina la cena y todo quedó en idea nada más.
Ahora me pregunto por la cantidad de toneladas virtuales (H2 pesa 4 ton. reales) de datos personales que corren por la red, listos para que el mejor postor sepa mi perfil consumidor y pueda hacer productos más comerciales. Paranoia aparte: la maquinita funciona.
octubre 15, 2008
octubre 08, 2008
Para ir de mi casa
al banorte más cercano camino por mi calle dos cuadras hasta topar con pared y ahí tomo Av. del IMAN (imán, mejor) a la derecha. Para ese entonces ya pasé por cuatro talleres mecánicos (tres en la misma esquina). En todo el recorrido, que no es de más de un kilómetro, cuento siete. Además hay un Oxxo, dos autolavados, cinco salones de belleza, dos taquerías, un vendeautos, una gasolinería, dos vendeaccesorios para autos...
Hay más comercios sobre el imán, pero mi punto es que en toda la colonia (entre vulcanizadoras, refaccionarias, estéticas, nailsnosequé) parece que nuestras mayores necesidades van del cabello al volante.
Ah, también por ahí hay una papelería. Y la otra vez, entre dos calles cerradas, vi escondidito un centro comunitario de regularización escolar.
Hay más comercios sobre el imán, pero mi punto es que en toda la colonia (entre vulcanizadoras, refaccionarias, estéticas, nailsnosequé) parece que nuestras mayores necesidades van del cabello al volante.
Ah, también por ahí hay una papelería. Y la otra vez, entre dos calles cerradas, vi escondidito un centro comunitario de regularización escolar.
septiembre 29, 2008
ley universal
estar con quien se quiere estar
con quien se puede
y sentirse adecuado y en su sitio
nada más
aferrarse a las cosas hasta que solas
por su propia eternidad
y con presteza
quiten nuestros brazos y desclaven las uñas
que les hemos marcado hasta sangrarlas
y luego de soltarse hay que caer
entender que la rama ya no está
y no es que se haya roto, ya no está
porque no estamos más nosotros mismos
porque todo se aleja
nada más
con quien se puede
y sentirse adecuado y en su sitio
nada más
aferrarse a las cosas hasta que solas
por su propia eternidad
y con presteza
quiten nuestros brazos y desclaven las uñas
que les hemos marcado hasta sangrarlas
y luego de soltarse hay que caer
entender que la rama ya no está
y no es que se haya roto, ya no está
porque no estamos más nosotros mismos
porque todo se aleja
nada más
septiembre 27, 2008
¡Bah!
¿Ahora me vienen con el sabio y pedante consejo de dejar que el tiempo acomode las cosas, pero no esperar que lo haga solo?
¿Salen entonces con el cuento de no preguntes cosas cuyas respuestas ya tienes?
¿Salen entonces con el cuento de no preguntes cosas cuyas respuestas ya tienes?
septiembre 24, 2008
Dos trapecios sin red
Hay familias que suponen que el deseo es malo: desear es inconformarse con las cosas, buscar ganancia, rondar el pecado. Sin embargo hay familias que suponen que lo malo es el recuerdo: la añoranza es el conformismo, el estarse quieto, el no progresar. Supongo entonces que, sin importar el apellido, desear y recordar está jodido. Y juntos, peor.
septiembre 20, 2008
Amsterdam
Salió una mañana rumbo al trabajo; llegó sin problemas en su auto nuevo chino; después de dar las acostumbradas vueltas a la colonia, cuando logró estacionarse y apagar el motor, se dio cuenta de que era un atardecer tranquilo; le gustó el silencio; respiró hondo y encendió el motor; llegó sin problemas a su casa; dejó escapar una sonrisa cuando encontró el cajón del estacionamiento vacío.
septiembre 18, 2008
septiembre 06, 2008
pendientes conejos
Dices bien, amigo. "Conejos" es un buen adjetivo para los pendientes. Deberíamos comerlos o verlos retozar, pero siempre esterilizarlos. No me preocupan los pendientes de teclado o de volante o de filas bancarias o de tintas. Me preocupan ahora los pendientes de la piel y los de los ojos. A ser, pues, gente otra vez.
agosto 26, 2008
comer en dos canciones
y después de comer, cagar en una
bañarse en otras dos
ponerse ropa
caer en la cuenta de las ochenta y cinco
que, como mucho, ha pasado en la cama
y pensar también en lo importante:
quién puede hablar de rutina
si se fue a dormir a las seis de la mañana
bañarse en otras dos
ponerse ropa
caer en la cuenta de las ochenta y cinco
que, como mucho, ha pasado en la cama
y pensar también en lo importante:
quién puede hablar de rutina
si se fue a dormir a las seis de la mañana
agosto 19, 2008
Perder el sentido
Supongo que caer es esto: desvanecerse, perder el sentido. Pero si la evaporación fuera perfecta la caida nunca tendría fin ni tocaríamos fondo. A menos, quizá, que supongamos un fondo más cercano; un fondo total que por estar en todas partes está todo el tiempo; un fondo dios.
Supongo entonces que no debo preocuparme tanto (o me vendo esa idea): caer es supremo.
Supongo entonces que no debo preocuparme tanto (o me vendo esa idea): caer es supremo.
agosto 12, 2008
agosto 04, 2008
julio 31, 2008
En ZARA tienen ofertas,
como cada verano. Alguna vez me gustaron ciertas cosas de las que venden ahí, hace tiempo que no encuentro algo “normal” que podría ponerme o incluso con ofertas me parece caro pero igual me doy la vuelta más bien por curiosidad. Hoy me emputa encontrarme con una colección llamada ECO (organic cotton collection) en la que caben playeras hechas de algodón “orgánico” libre de OGM y mamadas por el estilo, y que además tienen frases previniéndonos sobre el calentamiento global, tema cuya falsa movilización ha rendido muchos frutos para reactivar ciertas economías y para liberar conciencias.
Resulta indignante que hoy cueste trescientos pesos una playera así, que volver al origen orgánico de las telas sea tan caro. Porque ellos fueron los que inventaron los OGM (Organismos Genéticamente Modificados) para producir más y ahora nos venden más caro el producto tecnológicamente menos avanzado.
Resulta Increíble que se gaste tanto en escribir frasecitas… Acepto el poder de esos mensajes y la importancia de crear, por ejemplo, carteles o camisetas o grabados o canciones sobre temas que nos importan para comunicar nuestras preocupaciones y tratar de cambiar conciencias. Lo que quiero decir es que resulta triste cuando las causas (sociales o ecológicas o educativas o culturales) son absorbidos por la moda, no porque usarlos como motivo sea malo (notemos la diferencia entre ser motivo y ser absorbido por), sino porque entonces han perdido mucha de su legitimidad, sus intereses se han mudado a una mansión que por ventanas tiene espejos.
Resulta indignante que hoy cueste trescientos pesos una playera así, que volver al origen orgánico de las telas sea tan caro. Porque ellos fueron los que inventaron los OGM (Organismos Genéticamente Modificados) para producir más y ahora nos venden más caro el producto tecnológicamente menos avanzado.
Resulta Increíble que se gaste tanto en escribir frasecitas… Acepto el poder de esos mensajes y la importancia de crear, por ejemplo, carteles o camisetas o grabados o canciones sobre temas que nos importan para comunicar nuestras preocupaciones y tratar de cambiar conciencias. Lo que quiero decir es que resulta triste cuando las causas (sociales o ecológicas o educativas o culturales) son absorbidos por la moda, no porque usarlos como motivo sea malo (notemos la diferencia entre ser motivo y ser absorbido por), sino porque entonces han perdido mucha de su legitimidad, sus intereses se han mudado a una mansión que por ventanas tiene espejos.
julio 25, 2008
Para el buzón
Ya hablé, aunque con poca claridad, del elegante e implacable caracol que es el tiempo (o quizá un elefante) y de cómo su paso nos domina. Y sin embargo, aun sabiendo que no, pensamos que sí. Aun sabiéndonos imposibles nos declaramos capaces por un momento y apelamos a nuestra falta de ciencia para desear; hoy por ejemplo quisiera haber nacido unos años después y quisiera que las noches de esta semana fueran más largas; mañana quizá quiera que el reloj sea más festivo, menos pausado.
Pero incluso con las prisas, hay que tomarse el tiempo para agradecer lo agradecible.
Pero incluso con las prisas, hay que tomarse el tiempo para agradecer lo agradecible.
julio 14, 2008
Se van las cosas
Además está el cielo estrellado. Supongo que eso es bueno y que, después de todo, las cosas siguen en su sitio. No averiguo si hace unos quince o veinte minutos alguna de las estrellas que vemos desde acá, ha dejado de alumbrar desde allá o ha expotado. Prefiero suponer que su luz estará ahí lo que dure la noche.
Y además está el viento que lleva y trae aromas.
Y además está el viento que lleva y trae aromas.
julio 04, 2008
Oficio #5
Me pagan por eso, no hay más explicación. Es así que te observo en la noche y apunto tus movimientos. Avanza la noche y con ella la luna y con ella la luz a través de tu ventana y yo tomo registro en mi bitácora de observaciones: "Ha movido el pie izquierdo" escribo, "recogiéndolo un poco más de manera que la posición fetal que ya tenía se ha acentuado y el peso del cuerpo recae aún más sobre el seno y el cachete derechos".
Mucho antes que yo se va la luna. Se van los ruidos y llegan otros. Comienza el día y todo es más fácil para mí y mis ojos. Ya al final desaparezco y, si fui descuidado, queda un poco de viruta de lápiz en el suelo, al pie de la cama. No preguntes, me pagan por eso.
Mucho antes que yo se va la luna. Se van los ruidos y llegan otros. Comienza el día y todo es más fácil para mí y mis ojos. Ya al final desaparezco y, si fui descuidado, queda un poco de viruta de lápiz en el suelo, al pie de la cama. No preguntes, me pagan por eso.
junio 30, 2008
poema encontrado en un receta
no leguminosas
, ni lacteos
caminar, pero no escaleras
, deambulación
baño normal
antibiótico, uno diario
con una cajita
, basta
, ni lacteos
caminar, pero no escaleras
, deambulación
baño normal
antibiótico, uno diario
con una cajita
, basta
junio 19, 2008
junio 16, 2008
Tiernas babosas
La tormenta era fuerte y el tráfico lento, estaba sólo en el auto. ¡Haiku pues, a ver si sale! No había mucho más que hacer.
Pero mientras le daba vueltas al asunto de las gotas rebotadas en el parabrisas, de las luces de los coches deformadas por el agua, de la vuelta de rueda o de la incipiente noche, en el estereo del
coche sonaba la "Leyenda de los dos amantes" de Silvio.
boomp3.com
Total que el Haiku nu salió, porque, como habrán notado si dieron play a la rola, cualquiera de los versos se metían en el juego y en la métrica, así que las tiernas babosas me llevaron a encontrar varios found haikus pero así no vale.
Pero mientras le daba vueltas al asunto de las gotas rebotadas en el parabrisas, de las luces de los coches deformadas por el agua, de la vuelta de rueda o de la incipiente noche, en el estereo del
coche sonaba la "Leyenda de los dos amantes" de Silvio.
boomp3.com
Total que el Haiku nu salió, porque, como habrán notado si dieron play a la rola, cualquiera de los versos se metían en el juego y en la métrica, así que las tiernas babosas me llevaron a encontrar varios found haikus pero así no vale.
junio 11, 2008
La piedra en el zapato
Supongo que la piedra en el zapato nos invita a que, mediante las periódicas sacudidas y la constante molestia, recordemos que es nuestro el pie que nos lleva. Supongo que el zapato, mediante la constante protección, es el causante de que olvidemos que es nuestro el pie que nos lleva. Supongo que nuestro pie que nos lleva nos invita, mediante los periódicos cambios piso-aire-piso y el constante movimiento, a despreciar los zapatos a cierta hora y a encontrar a veces el alivio en las piedras. Y supongo también que nosotros somos, a lo mucho, los invitados a la conversación que se da entre la piedra, el zapato y el pie; escuchando desde arriba somos arrastrados sin saber a dónde.
junio 03, 2008
Salir al sol
He estado lejos. Me sigo moviendo donde siempre, la misma cama y los mismos libros, las mismas banquetas y el mismo metro, las mismas putas teclas. Pero he estado lejos. Hay algo que me impide estar aquí normalmente y sigo sin entenderlo. Lento, ausente, desconcentrado: des-con-centrado, sin centro; entré en una licuadora rota y por centrifugación quedé desperdigado; o era un aspersor de riego... como decía, estoy lejos. No sé si tenga relación el estar lejos con la obsesiva frecuencia con que pongo play a esta canción, quizá sólo quiero salir un rato al sol y al agua salada, al sol y a las botas de campismo, al sol y al pasto bien podado junto a la linea de cal.
Irme lejos para estar cerca de nuevo.
Irme lejos para estar cerca de nuevo.
mayo 20, 2008
Renacuajos
Sigue lloviendo. Estamos a punto de salir de casa de la abuela hacia donde la tía, que nos espera para comer. Yo estoy con la computadora encerrado en el baño y mientras escribo esto trato de ocultar los renacuajos que siguen saliendo de la pantalla de mi MacBook. Sigue lloviendo y en la ciudad todo es charco. Pero no hay tanto problema, mientras logre dirigir el brinco de los renacuajos directo al escusado todo estará bien. Mi abuela toca a la puerta del baño y yo respondo que ahí voy, pero nada de eso, sigo apuntando al retrete y esperando que dejen de brotar. Ojalá lleguemos a tiempo para cenar.
mayo 14, 2008
Se repiten ciertas dudas
Pasan de largo pero siempre vuelven y algunas con más fuerza. Supongo entonces que la duda no es el péndulo que siempre creí, sino uno que nunca frenará, nunca quedará tranquilo en el punto central que es el más bajo. Pero quiero que, si estás imaginando el péndulo, lo imagines con una cuerda tan larga como para que la duda regrese mucho tiempo después y con una fuerza de columpio capaz de descalabrar. Mucho más honorable es la duda que da bien el chingadazo que la que hace el tictac del día a día. Y suponiendo que nuestro péndulo es un columpio de parque, hay de dos: lo esquivas o te subes a él. Ninguna opción te resolverá por sí misma la duda, pero una es más divertida.
mayo 09, 2008
mayo 06, 2008
monólogo del averso que tiende su cama (extracto)
pero en la soledad no se disfruta
tanto
la vida como el sueño
y quiero decir con eso
que despertar contigo fue mejor
y me gustó
más de lo que me molesta
compartirte la cama
tanto
la vida como el sueño
y quiero decir con eso
que despertar contigo fue mejor
y me gustó
más de lo que me molesta
compartirte la cama
mayo 01, 2008
o quizá un elefante
es buen ejercicio para un jueves de mayo
plantear que la semana comienza cualquier día
que los tiempos del hombre no son más que placebos
ante el dolor que nos provoca un caracol
más grande más recio y mucho menos redentor
ejercicio fino, pues, el desapego
al reloj a la ciencia al calendario
al veintiuno de marzo al buenos días vecino
y a la píldora que has de tragar
cada siete horas
plantear que la semana comienza cualquier día
que los tiempos del hombre no son más que placebos
ante el dolor que nos provoca un caracol
más grande más recio y mucho menos redentor
ejercicio fino, pues, el desapego
al reloj a la ciencia al calendario
al veintiuno de marzo al buenos días vecino
y a la píldora que has de tragar
cada siete horas
abril 24, 2008
Pies de pato
Hay una mujer sentada frente a mí que me molesta: lleva dos días nublando mi vista, obligándome casi a escribirle a ciegas o con una mirada de catalejo que tiene más alcance pero muy poco campo. Viene aquí, se instala con una supuesta inocencia, con sonrisa para todos y finge no saber. No saberse. Así que inevitablemente le escribo, o mejor dicho, me escribo sobre ella. Pero así como mi visión, también nubla mis ideas y sólo atino a darle vueltas a lo mismo: hay momentos en que resulta molesta la belleza.
abril 18, 2008
Puesto y seco, con lluvia afuera
A javo le gusta mucho Hig and Dry. Supongamos entonces que uno puede estar puesto y seco a la vez; sin drgoas, cabe aclarar. Entonces no hay mucho que decir sobre la sequía, pero sí sobre la extrañeza de estar "puesto". Que no nos engañen, podemos estar en cierto estado, pero nunca puestos. Puestos a pensar; puestos a escribir; puestos los calcetines; pero nada más. Conclusión: un viernes en la noche uno no piensa en nada más que en salir del teclado y re-conocer gente (encontrarte, pues).
abril 11, 2008
abril 05, 2008
Solo en el metro
Hace dos estaciones que este vagón se quedó vacío y ahora veo gente en el de al lado a través del vidrio. Si viajara en la línea 2 no puedría pasar esto porque en los nuevos trenes todos los vagones se conectan: cuando hay poca gente uno se puede asomar desde su lugar inclinando la cabeza por el pasillo central y ver la enorme fila de tubos pasamanos que van gradualmente decreciendo, así todo el tren; o abordar por la primera puerta y recorrer todo el metro para bajarse por la última. Hoy no, hoy veo asientos desocupados y por una de las ventanillas algunas personas, la otra da a una cabina vacía. No me siento solo porque en los audífonos me acompaña la voz de Jah Cure que dice algo sobre Babylon pero no sé inglés así que entiendo poco. Igual me acompaña. Buena sensación ésta de saberse pero no sentirse solo. Llegamos a Viveros y nadie sube así que el territorio sigue siendo mío y sonrío mientras las puertas se cierran. La ansiedad inicial se ha disipado dando lugar a la calma. Pienso que es tranquilo el metro cuando se está solo y pienso también que la guitarra de Most High Cup Full se parece mucho a la de Sun is Shining así que vuelvo a sonreír, saco el iPod del bolsillo, voy a Bob y ahora no la encuentro tan parecida. Otra sonrisa. Solo en el metro. Comienza a molestarme esta misantropía que me lleva a agradecer el aislamiento y al darme cuenta de que la batería del iPod se agotará pronto sonrío otra vez: quizá cuando eso pase vuelva a extrañar a la gente.
abril 01, 2008
Los relojes todos van adelantados
Supongamos que el día empieza cuando la noche termina y no a mitad de ella. Las seis de la mañana son en realidad las cero horas. Déjenme entonces dormir otro ratito.
marzo 18, 2008
es lo que pasa
un lío, salto de vena
una hormiga agitando sus antenas
o un esperma ondulante
cosquillas desde el tímpano
hasta la nuca
y la caída de un fruto
romper de una ola, maíz tronante
gusano en movimiento
dentro de aquella fruta
y el nacimiento de un tallo
de frijol en botella
una chispa primero, una señal
un aleteo nervioso
y el incipiente sol
que desde adentro
quema
una hormiga agitando sus antenas
o un esperma ondulante
cosquillas desde el tímpano
hasta la nuca
y la caída de un fruto
romper de una ola, maíz tronante
gusano en movimiento
dentro de aquella fruta
y el nacimiento de un tallo
de frijol en botella
una chispa primero, una señal
un aleteo nervioso
y el incipiente sol
que desde adentro
quema
marzo 10, 2008
el lobo y el conejo
Supongamos pues, que el destino no es una persona sino un animal. Pensamos todos luego luego en un conejo al que vamos persiguiendo, un objetivo, una meta, un alcanzable. Y no. Quizá sea más bien un lobo que nos persigue siguiendo nuestras huellas y que en cualquier momento nos alcanzará. La cosa es muy distinta porque al verse perseguido, el asustadizo conejo iría eligiendo el camino, doblando sus esquinas y buscando sus resquicios; en cambio, al ser perseguidor, el implacable lobo va olfateando nuestras decisiones y buscando nuestros rastros. He ahí que la ventaja sobre el destino es nuestra: la ruta la trazamos nosotros. Y el lobo nos encontrará para comernos una vez que dejemos de andar nuestras propias veredas.
febrero 28, 2008
Pedaleo
En mi bicicleta el calor del medio día es distinto: no me molesta. Está el sudor, pero también el viento, así que no quiero limpiar mi frente. Lo que quiero es soltar el manubrio y no caer. Vuelvo a pensar en este calor distinto y en que la mañana está soleada y fresca. Se perdió en el calendario, a finales de invierno, este día soleado de verano con frescura otoñal y colores de primavera. Sueno cursi. Pedaleo. Esquivo un auto y entiendo que no puedo sonar cursi porque sólo voy pensando. Pero lo soy. Pedaleo más leve: comienza la bajada hasta la playa. Cuando me doy cuenta de esto sonrío un poco, abro la boca y trago brisa. Sin frenar me sumerjo en el agua salada que limpia mi sudor salado. Pedaleo con más fuerza bajo el agua, los ojos a ratos se me cierran de ardor y trato de no pensar en el camino que me espera al otro lado, ahora de subida. Pedaleo con todo y salgo a la playa. Observo de reojo los tonos del crepúsculo. Pedaleo. Llego a casa, dejo la bici en la escalera del edificio y mientras busco las llaves del departamento comienzo a desear una toalla.
febrero 18, 2008
la caja de juguetes
Hace un par de noches volví a soñar con la caja de juguetes, visión recurrente en mi infancia. Yo le llamo la caja de juguetes pero es más como una estantería con rueditas, tiene unas tres repisas y de ella salen muchos colores y fichitas y chispas y de pronto también cosas pegajosas que con espanto dejo caer al suelo.
Esta vez estabas tú en el sueño y eso fue lo increíble: después de años de haber olvidado la caja de juguetes vienes y te metes en mi noche y me la traes de regreso. En el sueño era el día de tu cumpleaños y estabas triste, acostada en la cama porque nadie lo recordaba. Obviamente yo tampoco. Apenas confesaste, apareció la caja de juguetes pero ya no somos niños, así que la emoción de los colores y las telas nos llevó a otra situación. Y justo antes de besarte, desperté.
Sonreí todavía un rato por la mañana.
Esta vez estabas tú en el sueño y eso fue lo increíble: después de años de haber olvidado la caja de juguetes vienes y te metes en mi noche y me la traes de regreso. En el sueño era el día de tu cumpleaños y estabas triste, acostada en la cama porque nadie lo recordaba. Obviamente yo tampoco. Apenas confesaste, apareció la caja de juguetes pero ya no somos niños, así que la emoción de los colores y las telas nos llevó a otra situación. Y justo antes de besarte, desperté.
Sonreí todavía un rato por la mañana.
febrero 13, 2008
enero 31, 2008
Cruda
Con la boca seca pero renaciendo
nos miramos hoy y nos entre-tuvimos
como niños atónitos ante las niñas
como niñas ante un río o una fogata o Dios o lentejuelas.
Tu cuerpo fue una jaula y no salí
sino que nos quedamos a-guardando
elevando la música de exhalaciones
y latidos como una invocación para la lluvia.
Y caminamos una a una las pupilas
que nunca se encontraron con nosotros
en nuestro andar inmóvil triste arrepentido
de no atinar al arrepentimiento
específicamente arrepentido
de no atinar al arrepentimiento.
nos miramos hoy y nos entre-tuvimos
como niños atónitos ante las niñas
como niñas ante un río o una fogata o Dios o lentejuelas.
Tu cuerpo fue una jaula y no salí
sino que nos quedamos a-guardando
elevando la música de exhalaciones
y latidos como una invocación para la lluvia.
Y caminamos una a una las pupilas
que nunca se encontraron con nosotros
en nuestro andar inmóvil triste arrepentido
de no atinar al arrepentimiento
específicamente arrepentido
de no atinar al arrepentimiento.
enero 23, 2008
enero 20, 2008
Hoy no me preocupa
Arriba de la puerta están sentadas. Son dos personitas que se apropiaron del marco de madera que forma el umbral de la puerta de mi cuarto y se sentaron ahí a balancear los pies que, obviamente, les cuelgan. La verdad es que sí me dan un poco de miedo, no tanto por la supuesta imposibilidad de que realmente existan (es decir, me da miedo estar imaginándolos) sino porque se ponen agresivos apenas me acerco. Me dan miedo sus manitas de un centímetro de largo; sus dientecitos afilados con los que me amenazan; sus cuerpecitos desnudos de tez morena, más la de ella que la de él. Y luego me dan ternura, cuando me alejo situándome en lo más hondo de mi cuarto y parece que no me ven y juegan y se besan y hacen un amor salvaje, silvestre. Pero entonces suena el teléfono (que está afuera de la recámara) o vuelven las ganas de orinar e intento escabullirme, salir del cuarto y ellos recuperan la hostilidad... En fin, espero poder salir mañana porque será lunes. Hoy no me preocupa.
enero 17, 2008
enero 11, 2008
Cabalgata
Había en nosotros la caricia del viento
y a la vez el asfalto repelente
en el agua la tensión que pacifica
y la mezcla de las mezclas
Había en todos nosotros ese rastro de sal
que sale de la piel o entra por ella
que arrojando destellos
petrifica y atrae
y petrifica
Había además la fuerza
el calor los humores el sueño
y un poco de la prisa
que trae consigo el ocio
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